Iglesia de San Julián de los Prados

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Iglesia de San Julián de los Prados

Las construcciones con carácter religioso tienen un significado especial en nuestro país. De acuerdo con esto, el arte prerrománico se refleja en estos edificios de un modo espléndido manteniéndose hasta nuestros días. En este sentido, resulta imprescindible visitar los cientos de monumentos y construcciones que se localizan a lo largo y ancho de la provincia. Sin embargo, hoy vamos a quedarnos solo con uno: la Iglesia de San Julián de los Prados. ¿Te vienes a conocerla? Este templo se construyó entre los años 812 y 842 y fue Alfonso II quien ordenó su construcción. A esta iglesia se le solía conocer por "Santullano" y es otro de los monumentos declarados como Patrimonio de la Humanidad. A su vez, es este el de mayor dimensión que preserva el prerrómanico español. Igualmente, es el que mejor conservado está de todos aquellos que Alfonso II ordenó construir. ¿Dónde tienes que ir para visitarlo? Este edificio religioso se encuentra en Pumarín, un barrio situado en la zona nordeste de la ciudad de Oviedo, justo a la derecha de la autopista A-6. La iglesia es de estilo pre-románico y fue construida entre 812 y 842, en honor a los mártires Julián y Basilisa, un matrimonio que se retiró a la vida monástica. El techo del edificio está hecho de madera, aparte de los tres ábsides en la cabeza que están coronados con bóvedas de cañón. Presenta una planta basilical con tres naves, un crucero y tres puertas, dos de las cuales son laterales. Las naves están separadas por pilares y arcos semicirculares. A su vez, sobre la capilla central hay una sala cerrada que, según los expertos en la materia, puede haber desempeñado una función meramente estética. Las pinturas murales de Santullano merecen una mención especial. Están llenas de símbolos geométricos y figuras en una amplia variedad de colores. Se ubican en las paredes laterales separadas por líneas horizontales imitando impostas. La gama básica de colores está formada por el azul gris, el amarillo ocre y el rojo carmesí, muy similares a las pinturas romanas. ¡Te encantarán! También es interesante destacar la existencia de cruces triunfales en varias de estas zonas, un elemento tan propio de la monarquía asturiana. No te olvides de visitarla cuando vengas por la zona. ¡Es uno de sus imperdibles!