Iglesia de San Miguel de Lillo

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Iglesia de San Miguel de Lillo

Visitar Asturias implica descubrir un lugar único y fascinante. Un lugar que estimulará tus cinco sentidos, pero esta región de España va más allá de los bonitos paisajes, una temperatura agradable para escapar de las elevadas temperaturas estivales o una gastronomía de primera. Asturias es una fuente infinita de arte y cultura. Una escapada a Asturias es la ocasión perfecta para descubrir un estilo artístico único en el mundo: el prerrománico asturiano. Ven y déjate conquistar por sus edificios históricos que datan de los siglos VIII a X, muchos de los cuales cuentan con la designación de Patrimonio Mundial de la UNESCO. Construcciones que destacan por el estilo innovador que mostraron en su momento, con una identidad única, perfectamente integrada en los paisajes que los rodean. ¿Por qué no visitar uno de los lugares más hermosos de Asturias? Hoy nos adentramos en la Iglesia de San Miguel de Lillo. Estamos ante una construcción de estilo prerrománico dedicada a San Miguel Arcángel. Fue mandada construir por el rey Ramiro I en el monte Naranco, en los alrededores de Oviedo. Cabe destacar que fue declarado Monumento Nacional en 1885 y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, siendo registrado en otros monumentos prerrománicos asturianos bajo el nombre de "Iglesias del Reino de Asturias" en 1985. Tristemente, en la Edad Media, en torno al siglo XII, un desplazamiento de tierra destruyó los dos tercios extremos orientales de la iglesia, por lo que se cerró desde el primer vuelo con una pared y un ábside. En 1850, bajo la dirección de Andrés Coello, se llevó a cabo una primera intervención para llevar a cabo trabajos de conservación y reparación y eliminar los elementos que se habían agregado a lo largo de diez siglos para dejarlo como se muestra. A lo largo del siglo XX ha sido objeto de varias intervenciones arqueológicas y de restauración. En definitiva, otra gran obra de un genial arquitecto que ha sabido fusionar el edificio y las técnicas artísticas conocidas hasta entonces para crear nuevos edificios que iban más allá de lo convencional en aquella época, con una planificación previa completa y desarrollada por un equipo que muestra una gran madurez. De hecho, el conjunto palaciego del cerro Naranco es una de las áreas más notables de todo el arte prerrománico europeo, hasta el punto de que las soluciones implementadas en estos dos monumentos estaban tan adelantadas a su tiempo que no pudieron imitarlas fácilmente. Por tanto, si queremos volver a encontrar edificios con una estructura similar, tenemos que esperar hasta el comienzo del arte románico, más de cien años después. Una maravilla que no debes perderte.