Iglesia de Santa María del Naranco

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Iglesia de Santa María del Naranco

La arquitectura prerrománica asturiana representa un logro artístico único que no es una metamorfosis del arte paleocristiano ni una característica del arte carolingio. Estas iglesias, de diseño basilical, completamente abovedadas y que utilizan columnas en lugar de muelles, tienen una decoración muy rica inspirada en elementos árabes, así como formas que las asocian con los grandes santuarios de Asia Menor. Hoy nos adentramos en la Iglesia de Santa María del Naranco. La estructura arquitectónica de lo que fue la residencia del rey Ramiro I y que después se convirtió en iglesia, pasó a erigirse como punto de referencia para los edificios románicos. Este monumento es de estilo pre-románico, y se encuentra al pie de la montaña Naranco. Es uno de los monumentos de Oviedo y Asturias que han sido galardonados con la designación de Patrimonio Mundial por la UNESCO. El rey Ramiro I ordenó su construcción en 848 y lo usó como un palacio real. Más tarde, se convirtió en una iglesia. El edificio tiene una planta rectangular en dos pisos, cada uno con una sección central y dos alas laterales más cortas. Hay un techo abovedado de medio barril en todo el edificio, excepto en las habitaciones laterales en la planta baja que tienen techos de madera. El altar se ubica fuera de la iglesia actual y tiene una inscripción que data del 23 de junio de 848. También vale la pena ver la cripta con bóveda de cañón, dividida en cinco brazos por arcos de estilo Perpignan, y la sala abovedada, abierta al exterior a través de un arco. Esta iglesia está considerada como la obra maestra del arte asturiano, y se engloba dentro del estilo que se denomina arte asturiano o ramirense, que se sitúa dentro del prerrománico. Igualmente, hay una bóveda de medio barril en todo el edificio, excepto en los pasillos laterales de la planta baja que están cubiertos de madera. Por su parte, el piso inferior tiene un amplio cuerpo central cubierto con una bóveda de cañón, y contiene un zócalo, ventanas circulares, puertas de entrada y huecos de ventilación. Finalmente, encontramos el piso superior. Este es rectangular y está cubierto por una bóveda de cañón inclinada, compuesta por seis arcos transversales que se apoyan en voladizos. En definitiva, una obra de arte que no te puedes perder.