Monumento Natural de Cueva Huerta Visitas Guiadas

Naturaleza

Cueva Huerta

¿Te gusta la espeleología y la posibilidad de presenciar en primera persona las bellezas naturales más escondidas? Entonces no puedes dejar pasar la oportunidad de acudir a visitar la Cueva Huerta.

Esta cueva, que posee una longitud de 14 kilómetros y medio, se encuentra en el desfiladero de la Foz de la Estrechura, en la localidad de Fresnedo, la cual está situada en en el concejo asturiano de Teverga.

Debido a su tamaño es la segunda más grande de Asturias tras los 19 kilómetros de la Red de Toneyu.

A la hora de visitar esta cueva -siempre contando con la supervisión de un guía- podrás optar por dos modalidades, la fácil, especialmente pensada para personas no demasiado duchas en este tipo de visitas y familias con niños, y la completa. 

Visita fácil

Es un recorrido de 50 minutos de duración, a través de una pasarela de madera y cuya única dificultad es que cuenta con algunas escaleras que habrá que subir y bajar. La pasarela está totalmente integrada en el paisaje y gracias a ella podrás atravesar la cueva contemplando sus 
estalactitas, estalagmitas e incluso sus colonias protegidas de murciélagos, los cuales anidan en su interior y suponen uno de los grupos más importantes de estos animales en el noroeste de la Península Ibérica. 

Para esta visita no necesitarás material especial, pues allí te facilitarán tanto la lámpara como el casco que deberás portar. Solo tendrás que encargarte de llevar calzado adecuado y ropa cómoda para poder moverte con facilidad. 

Visita completa 

Consiste en una visita de espeleoturismo de unas tres horas de duración, en la que el recorrido en la pasarela mencionada anteriormente se amplía con una iniciación a la espeleología y en la cual necesitas de un guía, al igual que en la visita fácil. Accederás a otra de las salas de la cueva y podrás probar lo que es meterte en gateras, realizar rapel o incluso hacer el cauce del río. 

Esta visita posee dos niveles de dificultad, el de iniciación, que será perfecto si no has hecho nunca espeleología, y el avanzado, en el cual daremos un paso más allá accediendo a lugares con una belleza inimaginable y haciendo rápeles de vértigo. 

Solo debes recordar traer calzado de montaña, ropa cómoda y tanto calzado como ropa de repuesto, pues es posible que los que lleves puestos terminen mojándose. La lámpara, el casco, el descensor, 
el arnés y la ropa de trabajo se te facilitará en la cueva. 

¿A qué estás esperando para reservar tu visita? Cueva Huerta


Y ahora que seguro que tienes ganas de visitarla, un poco de su historia.

Cueva Huerta ya fue estudiada en 1896 por Puig y Larraz.
En 1954 lo describe Julivert. En las décadas de los sesenta y setenta lo exploran y topografían varios grupos de espeleólogos. Era una cavidad muy visitada y como consecuencia de las visitas incontroladas su estado de conservación no es el adecuado.

En 1994 se llevó a cabo el cerramiento de la cavidad con una verja que permite el paso de los murciélagos y protege el ecosistema, además de regular las visitas. Las galerías alcanzan una longitud de 14,5 Km La cueva tiene un complejo funcionamiento hidrológico, actuando como sumidero y cauce subterráneo del río Valdesampedro en un corto tramo.
En  la época seca el agua se pierde en varios puntos del cauce, cientos de metros antes de su sumidero habitual a la entrada de la cueva. El principal desarrollo subterráneo de la cavidad está formado por grandes galerías que se ramifican a partir del citado cauce.  Las singulares características de este conjunto kárstico de sumidero, desfiladero, gran cueva, diversos cauces subterráneos y resurgencia,  lo hacen especialmente importante.
El desfiladero o Foz de Estrechura se encaja entre los relieves del cordal de Sobia, al este, y al Peña Viguera al oeste, formados por caliza de la edad del carbonífero.  El cañón  tiene unas paredes muy verticales y el recorrido subterráneo discurre por debajo de Peña Viguera. El curso de agua activo es inaccesible al hombre  y está formado por las filtraciones del cauce exterior del río, en el tramo del desfiladero anterior a la cueva.
Este caudal vuelve a surgir  en la zona donde confluyen las calizas y las pizarras. En una cota superior a este curso de agua permanente, existe una galería que en verano está seca y que en invierno es recorrida por agua procedente del sumidero. Esta galería tiene cerca de 300 m.  que tiene una gran sala de unos cuarenta metros de altura y que recibe luz del exterior y termina en una amplia boca sobre la resurgencia permanente.
En otra cota superior está la galería muerta que es la llamada Galería Principal  y puede accederse a ella desde una terraza exterior cercana a la carretera o desde un sumidero o sima situada bajo la mencionada terraza.
Esta galería posee grandes dimensiones.   Cerca del comienzo encontramos la llamada sima del  Caracol (38 m. de profundidad). Más adelante  encontramos a la izquierda tenemos una galería de difícil tránsito: la denominada Galería de San Claudio.  Una vez que pasamos el Paso del Perro,  a unos 500 m. de la entrada, la cavidad se ensancha en una gran sala, denominada Sala del Punto Cero. Aquí existe una bifurcación: a la izquierda sigue la continuación de la Galería Principal, llamada Galería Vieja, que finaliza obstruida por un derrumbe y en  la que se halla una sima de unos cuarenta m. de profundidad y una sala nombrada Sillón de la Reina, con magnífico techo y lago. Si desde la Sala del Punto Cero se gira a la derecha (Galería Nueva o de San Martín), se alcanza el lugar denominado  el Laberinto, y  prosigue el itinerario hasta el Triangulín, lugar donde parece que la cueva termina,  pero si pasamos a través de un estrecho agujero se pasa a una sala  en la que la galería se divide: a la derecha  se halla la sala de Gours y, un poco más adelante, un pequeño lago; al frente  se llega, primero, a las Simas Paralelas (50 m.  de profundidad)  y después a Las Riñoneras (este nombre se debe a que es necesario caminar un tramo en cuclillas debido a la escasa altura de la galería). Se sobrepasa otra sima de 40 m., se alcanza el paso Trenchi  y, después de pasar otra sima de 50 m., se accede a la llamada sala de los Reyes, donde la galería se bifurca otra vez: a la derecha, se atraviesa la galería La Bella y se llega a una sala denominada  Cámara de Venus y finaliza en la Huella del Oso; al frente,  se halla la sima de Ilofón (70 m. de profundidad)  y, más adelante la sima Cherry y, al final,  la zona denominada Laminador de los Topógrafos.