Santuario de Covadonga
El Santuario de Covadonga destaca por su curioso emplazamiento, dentro de la Cueva de Covadonga, lo que le confiere un aura mágica. Se trata de un santuario católico, dedicado a la Virgen María, que en Asturias recibe el nombre cariñoso de 'La Santina'. En torno a su ubicación en el interior de la cueva existen diversas leyendas, pero todas están relacionadas con Don Pelayo, el primer monarca del reino de Asturias en el siglo VIII. Durante la Reconquista, en los primeros años, Don Pelayo combatía a las tropas musulmanas, y en cierta ocasión se habría refugiado en la cueva con sus soldados. Ahí las leyendas varían, y algunas apuntan a que eran ellos los que llevaban una imagen de la Virgen, mientras que otras indican que la imagen ya estaba allí bajo la protección de un ermitaño.
En cualquier caso, la primera construcción que se conoce en el lugar data del siglo VIII, cuando regía el rey Alfonso I el Católico. Fue este el que ordenó que se levantara una capilla en honor a la Virgen para conmemorar el éxito de Don Pelayo frente a los musulmanes. Se decidió que además del altar para la Virgen hubiese otros dos: uno dedicado a San Juan Bautista y otro a San Andrés.
Con el paso de los siglos, la cueva sufrió un gran incendio y todo el recubrimiento de madera interior que tenía se vio reducido a cenizas. En este incendio también desapareció la talla original de 'La Santina'. Por ese motivo, la que puedes contemplar en la actualidad data del siglo XVIII y procede de una donación hecha por la Catedral de Oviedo. Pero no es esa la única anécdota relacionada con la imagen, sino que durante la Guerra Civil también desapareció. Lo curioso es que apareció en la embajada de España en Francia antes del término del conflicto.
Cuando visites la capilla, podrás observar que se trata de un pequeño templo neorrománico, obra del arquitecto Luis Menéndez-Pidal y Álvarez. No olvides en tu recorrido echar un ojo al Panteón Real de Covadonga, donde descansan los restos de numerosas personalidades importantes en la historia de Asturias. Allí están enterrados Don Pelayo y su esposa Gaudiosa, así como la hija de ambos, la reina Ermesinda y una hermana del rey Don Pelayo. También descansan los restos del rey Alfonso I.